Un cajón de madera como dormitorio: esta insólita solución habitacional podría llegar a Shangái.
marzo 02, 2020
Si en alguna ocasión has tenido la oportunidad de visitar China o Japón, habrás descubierto que en las grandes ciudades suele ser habitual que la gente viva en habitáculos reducidos: es más, es muy común que los empleados vivan fuera de los núcleos urbanos, bastante alejados, y pasen horas y horas en el trayecto diario para ir a trabajar.
Por eso no resulta para nada extraña la propuesta de la multinacional japonesa Muji: acaban de presentar un prototipo de vivienda para sus trabajadores en la ciudad de Shanghái. Estos empleados tardan tres horas (y más) en llegar cada día a su puesto de trabajo (y hablamos del trayecto de ida), de ahí que la empresa haya ideado estos mini apartamentos que cuentan con espacios comunes como cocina o terraza.
Este prototipo, ideado por el arquitecto Go Hasegawa, se ha presentado en la exposición anual House Vision: Hasegawa ha cogido la superficie más común en la ciudad y la ha transformado en cuatro mini-apartamentos que, en realidad, son cuatro mini-habitaciones.
A las habitaciones, situadas en un plano elevado encima de una estructura de acero, se accede a través de escaleras: con forma de caja de madera, la habitación consta de estanterías, una mesa auxiliar con lámpara y una cama desplegable. Lo justo y necesario para descansar y que es lo habitual en muchos pisos de Asia.
El nivel inferior, que es el que soporta el peso de los habitáculos, es el espacio comunitario para los trabajadores: cuenta con una amplia cocina, con suficiente espacio de almacenamiento y un área de descanso. Y por supuesto, la decoración y el mobiliario de todo el espacio lo proporciona Muji.
Al parecer, este tipo de habitaciones se inspira en las camas con dosel (o 'canopy beds') que fueron muy utilizadas durante el periodo Ming y que, durante el día, tenían otro uso distinto al habitual del descanso nocturno.
Este tipo de propuesta, porque de momento es solo una propuesta, tiene todos los visos de convertirse en realidad en un futuro no muy lejano: el precio del inmobiliario en muchísimas ciudades (y no hay que irse únicamente a Asia) no deja de subir y cada vez hay menos suelo donde construir. De hecho, Shanghái es una de las ciudades más caras para vivir del mundo.
Fuente: Idealista
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